Mi pequeña historia

Era la década de los 80 cuando me tocaba entrar en la universidad y decidir mi futuro, me gustaba arquitectura como arte y Medicina. .. ¡ difícil elección !.
Crear, esculpir, pintar, eran mi gran pasión. Mi imaginación hacían que fuera una creadora de formas, de formas perfectas, cuerpos perfectos y rostros prefectos. Pero por otro lado estaba mi vocación como médico, la necesidad de ayudar a los demás y cuidar de su salud, estaba dentro de mi desde mi infancia y mi gran ídolo siempre había sido Don Santiago Ramón y Cajal.
Quería crear un puente de unión entre ambas profesiones, y en aquella época se veían como dedicaciones totalmente diferentes.
Es curioso como el futuro las acaba uniendo porque LA MEDICINA ESTÉTICA es la unión del arte y del bienestar en la salud.

Entre en la Facultad de Medicina de Salamanca, la decisión estaba tomada y siempre me he sentido orgullosa de esa decisión.
En los últimos años de mi carrera estaba unida al departamento de Dermatología de la facultad donde leí mi tesina con el Dr. Pablo de Unamuno Pérez, un gran dermatólogo y una excelente persona que me inculco la pasión por esta profesión.
En 1992 hice mi primer master-curso de medicina estética en Madrid, cuando apenas existían ni los master ni la medicina estética.
En 1993 me hice socia de la SEME ( Sociedad Española de Medicina Estética ) con el número 711. Empezaban los primeros congresos de medicina estética.
Los socios fundadores ( a los que debemos dar las gracias porque iniciaban un nuevo campo dentro de la medicina ) se ocupaban de que tuviera rigor científico. En aquellos tiempos el resto de los profesionales médicos veían esta dedicación, como una medicina frívola.

En 1994 hice un Master Universitario de Nutrición y Dietética, en la Universidad de León.
Durante la década de los noventa mi vida profesional estaba dedicada en exclusiva a mis pacientes de medicina estética y de nutrición. Aunque contábamos con pocos medios, realizábamos tratamientos mínimamente invasivos, siempre buscando el bienestar del paciente y su mejoría.
Hacíamos talleres, cursos, congresos, donde cada Medico Estético aportaba sus conocimientos en este campo, para contribuir a un avance científico de la M.E.

En 2002 autorizan en España el uso de la toxina botulinica con fines estéticos, comienzan a aparecer materiales de relleno como ácido hialuronico, hidrixiapatita calcica, polidioxanona, polillactico… Nuevas técnicas de inyección. Aparatologia : alta tecnología aplicada a la medicina estética, publicaciones científicas……
Todo con la mayor calidad y total rigor científico. ¡Fue como una pequeña revolución !.
Yo, durante todo este vertiginoso trayecto había realizado múltiples cursos de formación, cursos como ponente de los distintos materiales y métodos que iban apareciendo, había acudido a los congresos de la SEME, y a los congresos europeos de Medicina Estética y había puesto mi granito de arena para que esta profesión ocupará el lugar de prestigio que se merece.

En 2014 realice el Master de Medicina Estética en la universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Impartido por grandes profesionales y contando con medios técnicos de última generación, se notaba la evolución vertiginosa de este campo en la medicina. Allí conocí a excelentes compañeros, de distintas edades y distintas especialidades, cuyo objetivo común era el conocimiento y desarrollo de la M.E.
Actualmente muchas especialidades, dermatología, cirugía plástica, otorinolaringologia, oftalmologia, estomatología, cirugía máxilofacial. ….contribuyen al desarrollo y rigor científico de la Medicina Estética.

Toda mi trayectoria profesional no habría sido posible sin mis pacientes, ¡ ellos son los verdaderos protagonistas !.
Ellos son los que hacen que día a día trabaje en exclusiva por su bienestar, haciendo tratamientos estéticos sencillos, minimamente invasivos y totalmente individualizados, donde consigo mitigar la huella que el paso del tiempo deja en nuestra piel, en nuestro rostro y en nuestro cuerpo.

Mi mayor satisfacción es ver cuando los resultados de mi trabajo, hacen sentirse al paciente mejor, cuando consigo mejorar su imagen y con ello su estado de bienestar. Esa es sin duda, es mi mejor recompensa y el motor que me hace seguir cada día con más ilusión haciendo este gratificante trabajo y mejorando en mi formación.

Es una labor conjunta de todos los Médicos Estéticos seguir investigando y trabajando por el bienestar de nuestros pacientes, porque pienso que entre todos podemos construir una MEDICINA ESTÉTICA de muy buena calidad.

 

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